En la actualidad todos sabemos que miles de personas ricos y pobres; negros, blancos y cholos tienen una gran fe hacia la imagen del Señor de los Milagros y acuden todos los años a sus procesiones en masa, avanzando lentamente unos al lado de los otros. Pero ¿Por qué sucede ello?, para resolver esta interrogante, debemos entender en primer lugar que el sincretismo no es otra cosa que juntar distintas ideas o formas de pensar.

Como bien explica Rostworowski, hasta el siglo XVI los indios nativos de Sudamérica tenían una visión animistas del universo, para ellos los cerros, las lagunas, el mar, la tierra, el sol y la luna tenían vida, para ellos toda adversidad era tratada de solucionar mediante sacrificios y ritos. Mientras que los invasores europeos llegaron a estas tierras con un cristianismo bien cimentado pero lleno de misticismo y fanatismo religioso. Asimismo, la presencia de esclavos africanos con sus religiones tradicionales, sus ritos, bailes y cantos añorando su tierra contribuyo a que estas tres formas de ver el mundo se fueron mezclando poco a poco. Y no fue hasta el año 1651, año en que fuera pintada la imagen del cristo crucificado en una pared de adobe, en el barrio de pachacamilla por un negro angoleño, que esta mezcla de individuos de distintos grupos étnicos alrededor del culto al cristo moreno se desarrollara con mayor rapidez, y todo esto bajo el influjo religioso.

Los primeros en adorar a la efigie de Jesucristo fueron los negros traídos en calidad de esclavos desde las lejanas costas de África, luego se sumarian a ellos los descendientes de los indios nativos de la costa central del actual Perú. Ellos empezaron adorar la imagen acompañado de sus ritos, rezos, comidas y costumbres tradicionales; posteriormente serían los propios europeos quienes se volcarían a la creencia milagrosa de la imagen que alguna vez intentaron borrar. Este es el primer sincretismo que se desarrolló alrededor de la imagen del Señor de los Milagros.

En la actualidad este sincretismo sigue en expansión, y ya no solo se desarrolla en el Perú, pues son 23 los países donde existen hermandades y sus respectivas procesiones alrededor del mundo, procesiones a los que no solo acuden peruanos residentes en esos países, sino también ciudadanos de distintas nacionalidades y costumbres, incluso este año 2015 los tripulantes del buque científico Humboldt llevaron por primera vez la imagen del Señor de los Milagros a la Antártida. Así pues, la imagen de este cristo empieza a construir relaciones políticas y culturales entre los participantes de este rito en el mundo entero.